Corrección de estilo
Incluye a la corrección ortotipográfica y va más allá. Apunta a lograr mayor efectividad en la comunicación del mensaje, abordando la obra estilísticamente para aumentar su calidad literaria.
Si la corrección ortotipográfica se ocupa de la forma, podríamos decir que la corrección de estilo llega más al fondo, revisando la gramática, la semántica y la sintaxis; atendiendo a ambigüedades, errores de concordancia entre género y número y demás parámetros técnicos y artísticos. Se estandarizan los tiempos verbales, se estructuran correctamente los párrafos y las oraciones, se solucionan cacofonías, y más. Pero por sobre todo, la corrección de estilo mejora drásticamente la comprensión lectora, dejando el texto en un estándar óptimo para ser diagramado y publicado.
En la corrección de estilo no se analiza subjetivamente el manuscrito, en relación a cuestiones conceptuales, temáticas o estructurales, que sobrepasen lo estrictamente lingüístico; como tampoco se hace una valoración cualitativa o una estimación del potencial de la obra en tratamiento. Dicha evaluación se contempla en el Informe de lectura.
Se acostumbra trabajar por capítulo o bloque, con una dinámica interactiva entre corrector y autor. Para la corrección de estilo suele utilizarse el Sistema de control de cambios del procesador de textos de Word, en que el corrector envía cada bloque para que el autor apruebe o rechace las propuestas, y a partir de su confirmación o rectificación, el corrector asienta los cambios y sigue adelante con la revisión del texto.
Se cotiza a partir del millar de caracteres con espacios (cce), y se adiciona el plus por la particular complejidad de cada obra.